Cada vez existe mayor evidencia científica que respalda a la Dieta del Mediterráneo, dieta que comenzó en países del Mediterráneo como España, Italia y Grecia hace alrededor de cincuenta años. Este estilo de alimentación es de las mejores opciones para promover la salud física y mental. Entre sus beneficios, podemos mencionar que nos ayuda a:
1. Controlar nuestro peso.
2. Prevenir ataques al corazón, infartos y diabetes tipo 2.
3. Promover la longevidad debido a que es una dieta rica en antioxidantes gracias al omega-3 y a las vitaminas de los alimentos que integran esta dieta.
4. Proteger órganos co o el corazón y los riñones.
5. Reduce la probabilidad de enfermedades como Alzheimer y Parkinson.
6. El omega-3, presente en muchos alimentos que componen esta dieta, también nos ayuda a mejorar la concentración y el enfoque.
7. Disfrutar la comida, debido a que a diferencia de otras dietas abarca muchos ingredientes y alimentos deliciosos.
¿Y en qué consiste la Dieta del Mediterráneo?
Es una dieta alta en verduras, frutas, leguminosas, nueces, cereales, granos, pescado y grasas no saturadas como el aceite de oliva y el aguacate.
Esta dieta evita carnes rojas y alimentos procesados, e invita a comer moderadamente pollo, huevos, queso y yogurt.
El agua debe ser tu bebida principal, aunque esta dieta incluye vino con moderación.
También café y té sin endulzantes son aceptables en esta dieta.
La Dieta del Mediterráneo es muy fácil de adoptar debido a que los grupos de alimentos en los que se basa son muy fáciles de encontrar, sin embargo, lo que promueve una mayor adopción de esta dieta es la cultura de salud. En las llamadas Zonas Azules (regiones del mundo donde la esperanza de vida es mucho mayor al resto del mundo, y las tasas de enfermedad son muy bajas) comer sanamente simplemente es parte de su cultura. Es por esto que debemos de incorporar esta dieta a nuestra vida como un estilo de vida saludable que incluya actividades como: realizar ejercicio aeróbico de manera regular, consumir suplementos alimenticios, practicar pasatiempos como leer, cantar, dibujar o tocar un instrumento musical, aprender un nuevo idioma, evitar el multitask y concentrarnos en una actividad a la vez, meditar, así como trabajar en desarrollar nuestra inteligencia antifrágil.
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